Segundo
reporte de lectura
A
los quince años María se volvió a enamorar, en una ocasión de semana santa en
una procesión conoció un chico muy simpático, María pensó que no iba a cometer
el mismo error de la infancia de no hablarle al chico que se le había escapado,
María comenzó la plática y el chico siguió platicando con ella, paso el tiempo,
salían alas fiestas, cine, tiendas juntos
poco tiempo después se hicieron novios y un día salieron a caminar por las orillas de la ciudad se
metieron al bosque y fue ahí cuando María
recibió el primer beso de su vida, María en ese momento sentía mariposas
en el estomago y el cantar de los pájaros y a lo lejos una música y así fue el
primer beso de María.
Al día
siguiente María no resistió la emoción de contarse lo a sus a migas y sus
compañeras le preguntaba que avía
sentido y ellas contesto que era
sensacional, al instante una de sus a migas le pregunto cómo le había dado el
beso con la boca cerrada o abierta y ella no le contesto y su amiga se fue
riendo.
María
no vio a su novio hasta los tres días en una fiesta en el club pero iba
acompañado de su amiga, la que avía echo la pregunta del beso, María hizo como
que no le importaba y a si se paso toda la noche pero, al llegar a su casa
María sentía que se le destrozaba el corazón y a si paso el tiempo María se
quería cobertir en monja.
Un
día María recordó cuando jugaba de
pequeña con su aparato sexual, recordó que era muy divertido, al examinar su aparato se dio cuenta que tenía
una pepita arriba de la vagina, pero recordó que un día su papa la avía
golpeado por hacer eso le dijo que no lo hiciera delante de las personas.
Un
día que se encontraba sola María en su casa comenzó a frotar la pepita que había encontrado y sintió una
satisfacción muy rica que cada vez fue
mas intensa y luego ya no escuchaba nada y sintió que su vio al cielo y bajo
y a si tuvo su primer orgasmo María y lo
volví hacer dos o tres veces seguidas.
De
todos modos los quince años de María no había sido malos, descubrió la
masturbación, al dia siguiente María se lo conto a sus amigas de la escuela,
pero avía amigas que sabían que era la masturbación y a si formaron su club intimo de masturbación.
Y
entre ellas se contaban nuevas formas de masturbarse.
María
se masturbaba al menos una vez ala
semana después ella pensaba que los hombres no eran necesario, ella
podía vivir sin los hombres y sele fue borrando la idea de ser monja, pues avia
encontrado el remedio de sus males.
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